sábado, 12 de abril de 2014

La escalera

Algunos creen que vivir es como subir una escalera, un camino arduo y difícil hacia las estrellas. Si la vida fuera eso, morir sería despeñarse una vez se ha llegado arriba.

Pero no, vivir es caminar por una senda florida tortuosa que lleva a ninguna parte. ¿Qué fue la vida para esa mosca prehistórica que quedó atrapada en el ámbar, y a la que aún podemos contemplar en la vitrina del museo? Nada, menos que nada, el sonido de un aleteo y la sensación viscosa, agobiante, del ámbar que todo lo envolvía.

En cierto modo estamos también nosotros atrapados como la mosca en una historia que no hemos elegido. Arrojados a un mundo frío y cruel que los astros contemplan desde lo alto en sus ciclos interminables e infernales, como las estrellas que queman a lo lejos, y a las que nosotros miramos desde nuestro pequeño cerebro de simio perdido en un rincón del cosmos.

¿Son las estrellas las que se mueven o son nuestros ojos los que describen órbitas sin fin alrededor de las estrellas?

Hasta que algún meteorito perdido nos encuentre y ponga fin a todo esto.


¡Ay, la escalera!

Francisco Lorente

1 comentario:

  1. Francisco,
    Me encanta. Solo espero que este relato sea solamente el primero de muchos en tu línea!

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