sábado, 3 de agosto de 2013

Aquella música de aquel día…

De repente, la caja negra del avión se abrió saliendo de ella, envueltas en un mar de lágrimas, todas mis emociones. 

El contacto conmigo misma fue tan inesperado como brutal.

Aquella misteriosa y mágica música de aquel día desencadenó la tormenta.

Mis lágrimas, como un tsunami bondadoso y necesario, fueron arrasando cada uno de mis recuerdos, los bellos, los menos bellos, los dramáticos, los tiernos, todos, se los llevó todos, también tus mentiras. Sólo quedaron árboles caídos, trozos de vidas rotas, fotos mojadas a medio enterrar en la arena….

Un paisaje desolador, pero por fin… el silencio, la paz y a empezar de nuevo.

¡Cuánta energía necesito para ello!

Quizá si pudiera volver a escuchar aquella música de aquel día...


Mariángeles Fernández C.

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